20 ene 2014

La mordaza



-Buenos días.
-Buenos días, caballero. Somos agentes de la unidad de delitos antidemocráticos. Venimos a entregarle unas notificaciones.
-¿Notificaciones? ¿de qué se trata?
-Parece ser que ha incurrido en una serie de faltas contra la democracia y tendrá que responder por ello ante la justicia.
-Pero... ¿Cómo?¿contra la democracia?¿yo? No puede ser. Debe tratarse de un error. Pero si yo soy más demócrata que Obama.
-Permítame que consulte su expediente. A ver... Vaya, vaya. Según consta, el 14 de noviembre del año pasado le comentó a un compañero de trabajo que llevaba toda la semana, cito textualmente :"trabajando como un negro" ¿es eso cierto?
-Ah si, vaya semanita pasé. Es verdad. ¿Y dónde está la falta?
-¿Cómo que dónde está?¿le parece a usted demócrata y tolerante utilizar semejante expresión?
-Uh...pero yo lo decía por lo trabajadores que son los negros en general.
-¡Que no se dice "negros"! Que es una palabra denigrante. Se dice subsaharianos. O Afro-europeos, que es mucho más bonito.
-Por supuesto, por supuesto. Tiene usted toda la razón. Pero no sabía que esa expresión suponía una falta...
-El desconocimiento no exime del cumplimiento, caballero. Además, tiene usted una larga lista de comportamientos inadmisibles en una sociedad plural. Según nuestros servicios de información, el día 2 de este mes, mientras su esposa conducía el vehículo de ambos, la invitó a incorporarse a la A2 con la ignominiosa frase:"Dale, María, que no hay moros en la costa"
-Yo no pretendía comportarme como un racista desalmado. Créame que lo siento...
-Pero no queda ahí la cosa. También tenemos constancia de que se abalanzó sobre la cena de navidad el año pasado al grito de "¡Marica el último!" Además de racista, homófobo.
-La verdad es que así dicho, parezco un ser miserable. Pero... Ahora que lo pienso... no entiendo cómo pueden saber ustedes lo que hablo yo con mi señora en mi coche, o lo que dije en una cena familiar.
-Las fuerzas de seguridad del estado están legitimadas para indagar donde sea necesario. Es imprescindible para garantizar la libertad y el estado de derecho.
-Pues yo lo veo un poquito extremo. Luego decimos de la Alemania nazi...
-Yo que usted dejaría de utilizar esa palabra tan alegremente. En Israel, país ejemplar y defensor de la democracia donde los haya, pronunciar la palabra "nazi" se condena con hasta 6 meses de cárcel.
-Pues seguro que es una medida muy democrática y justa. Si la han adoptado los judíos... perdón... ¿se puede decir judío?
-De momento, si.
-¿Pero usted cree que iré a la cárcel?
-Pues hombre, ¿qué quiere que le diga? La cárcel normalmente es más para revisionistas, libreros o salvajes fascistas que tienen el atrevimiento de resistirse a la acción de la juventud libertaria. Así que no creo que vaya usted a prisión. Siempre y cuando cambie de actitud. Ya sabe, nada de "eso lo saben hasta los negros", "eres más raro que un gitano con gafas","me han engañado como a un chino",... y si me permite un consejo, las próximas navidades procure no cantar villancicos. Tenga en cuenta que puede resultar ofensivo para algún vecino musulmán. Y tampoco sería mala idea cambiar de apellido. Muy probablemente sus antepasados sean conquistadores genocidas.
-Claro, claro. Faltaría más. Lo que sea con tal de no acabar en la cárcel como un etarra.
-Querrá usted decir como un luchador por la libertad del pueblo vasco.
-Ay, si, es verdad. Ya no sé ni lo que digo.




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