30 jun 2013

DISCIPLINA


 
Es éste un proverbio islandés, y es que desde tiempos inmemoriales la disciplina ha sido uno de los valores mejor considerados a lo largo y ancho del continente europeo.
 Toda cultura admiraba a aquellos bravos guerreros que eran perseverantes en sus acciones, a aquellos que equiparaban sus aspiraciones a sus actuaciones y que anteponían lo correcto a lo fácil. El propio pueblo era el encargado de elegir de forma unánime al más disciplinado, por lo consiguiente al más cabal, valiente y capaz, algo que me hace recordar aquello de "por y para el pueblo" que tan olvidado y despreciado lo tiene la actual democracia bajo cuya dictadura malvivimos.
El actual estado, del que tanto se jactaban antaño algunos de ser el mejor acuario para ejercer la libertad, ha perdido desde el primer momento ese falso privilegio queriendo pervertir todo aquello que constituye un pueblo sano.
 Ahora la disciplina se define falazmente como algo impuesto, algo forzado, algo en definitiva represor y represivo y se ve vilmente sustituida por la degradación en todos los ámbitos: emocionales, físicas, sociales, culturales e incluso en las demográficas.
 Lo que trasciende es la falta absoluta de auto control, la falta absoluta de iniciativa, razonamiento y en gran parte, sino en parte completa, ello se debe a la búsqueda e imposición subliminal de la destrucción de la disciplina.
 ¿Y qué es este maltratado concepto, que como tantos otros, se han encarcelado bajo orden del más absoluto oscurantismo? ¿en qué consiste?
 Pues bien, tal y como lo entendemos la disciplina es aquella fuerza de reacción que nos dota de carácter, de eficacia y dominio. Aquella que construye personas, personas que quieren verdaderamente avanzar, hablando por sí mismos, decidiendo por sí mismos y eligiendo por sí mismos, con un pleno sentido de lo que les rodea y en consecuencia a todo ello, sin cabida para manipulación alguna y en perfecta comunión con su identidad y tradiciones.
 Por que ya cansa ver como la gran mayoría se abandona en brazos de modas, de pasotismo y se entregan a la absoluta traición del espíritu, de su comunidad, convirtiéndose en esclavos hipócritas de este sistema.
Y es ahora cuando un grito se alza al cielo instando a todos a reflexionar, a cuestionaros si lo que se dice es llevado a cabo, lo que se aparenta es lo verdadero y lo que se desea es lo correcto. 
 
 "La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón. "
 
La revolución tan solo puede comenzar construyéndonos a base de sudor, sangre y lágrimas para poder ser capaces de luchar y triunfar por los nuestros, tras haber aprendido a luchar por nosotros mismos.

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