Hemos tenido la
inmensa suerte de que el tarado de Damien Hirst visite el JustMadrid, una sala
para exponer este tipo de “arte” para enfermos como él. El sujeto en cuestión
disfruta matando animales para después exhibirlos conservados en formol, en
estado de putrefacción (como es el caso de una cabeza de vaca rodeada de
moscas), o vivos (9.000 mariposas que han acabado falleciendo debido al
contacto directo con la gente, en el Tate Modern de Londres.)
El éxito de este
hombre (por atribuirle un género), me hace pensar en qué nos hemos convertido,
ya que su fortuna obtenida llega a superar los 140 millones de euros, que se
dice pronto. ¿Qué tipo de persona puede disfrutar contemplando las atrocidades
que este tipo ha cometido? Él mismo reconoce que está forrado “porque ha sonado
la flauta” con este talento degenerado, por eso estoy convencida de que en
cuanto pase de moda, es capaz de exponer fetos mutilados con tal de llamar la
atención de una sociedad inconmovible a la que ya nada sorprende. Estamos
hartos de ver cómo todo el mundo intenta innovar e incluso ir contra natura con
el único fin de que se les considere progres y modernos, pero este NO es el
camino, esto no es arte, y por mucho que os empeñéis, nunca lo será.
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