27 feb 2013

La ambigüedad no existe, tan sólo existe la cobardía



   Desde hace un tiempo a esta parte, venimos notando como a nuestra ideología y forma de pensar se adhiere cualquier cosa...ahora resulta que todo vale, y da igual que seas anarquista, comunista, revolucionario, hippy, masón o un simple toca cojones, tu idea cuenta...y da igual que admires por igual la figura de Jose Antonio, a Lenin, al Che, a Sabino, a Sorel, a Durruti o a la madre que parió a este último, seguro que todos ellos tienen algo en común y si no lo tienen te lo inventas porque aquí de lo que se trata es de agradar y pelotear a todo el mundo, de llegar con tus charlotadas liberales a cuanta más gente mejor y yo por ahí no paso, no quiero a mi lado a ratas que promulgan ideas que atacan directamente a la Patria, a nuestra identidad, a nuestros valores milenarios, a nuestro pueblo, raíces e historia, ideas que nada tienen que ver con nosotros.
  No sabemos qué es lo que le pasa por la cabeza a esa gente que de repente pretende mezclar la ausencia de cualquier tipo de autoridad ni estado, con el amor a la patria, a la familia, y en definitiva, al orden que cualquier nación necesita para consumarse como tal, para darles una educación a nuestros hijos y para tener un plato de comida encima de la mesa cada día. ¡Es incompatible señores! ¿Tan difícil es no mezclar la naturaleza de las cosas, como lo es no mezclar nuestra raza? Nosotras pensamos que no. Formar parte de una ideología, o simplemente simpatizar con ella, no significa que la tengas que seguir a rajatabla, no significa que tengas que estar de acuerdo con todo lo que se hizo ni con lo que se dejó de hacer, simplemente, porque el ser humano no es infalible. Repetimos; NO hay que estar de acuerdo absolutamente con todo, pero sí deben conocerse sus bases, y con eso nos basta para saber qué se podría mejorar y qué es una auténtica paja mental.
 
  Me encantaría no tener que discutir a diario por cómo pienso, me encantaría que todos mis amigos y familiares pensaran de una forma similar a la mía (que no igual), y me encantaría que no se cuestionara mi maternidad, mi profesionalidad, y mi forma de vida sólo por expresar lo que pienso, pero no por ello intento mezclar las churras con las merinas con el fin de complacer a la gente para que no arremetan contra mi.
 Y es que uno puede permitirse el lujo de ser critico ante esta situación ya que tenemos una opción valida que ofrecer, una opción que respeta las libertades de todos como comunidad y como individuos pertenecientes a la misma. Nuestra vía ofrece la autosuficiencia y el orgullo de poder ser español, de luchar en conjunto por un ideal superior que es a día de hoy lo único que nos puede salvar de la decadencia y del genocidio cultural que Occidente esta sufriendo. Y es que los semejantes necesitan la unidad para poder sobrevivir y eso solo se conseguirá colaborando bajo unos principios claros: Honor y Fidelidad. Teniendo siempre en la memoria el pasado de gloria y mirando siempre hacia delante al futuro cambiante. No somos momias ni fascistas de salón, somos activistas y militantes aun cuando las modas nos rechace. Somos esas llamas que no dejaran de iluminar un eterno ideal de esencia siempre joven: Patria y Pueblo!

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